El Tao de la Tierra llama al ser humano a una conciencia individual para pasar después o a la vez a la colectiva. Hay que andar el camino individual para encontrar la paz, plenitud, gozo interno y compartir desde ahí con el resto de los humanos y seres que habita la Madre Tierra.
No se trata de separatismo, ni egoísmo, ni narcisismo. Se trata de compartir experiencia de vida desde el amor a uno mismo y a todos, a todo lo demás que vive y da vida al planeta Tierra.
Conciencia de Unidad
La conciencia de la Unidad se da cuando eres parte del Tao. Es un sentimiento interno y profundo:
• Es la plenitud absoluta en la que no necesitas nada porque lo tienes todo.
• Es el estado en el que sientes amor, verdadero amor, compasión por todos y por todo.
• Es cuando ya no hay alegría ni tristeza, sino la dicha de vivir esta maravillosa experiencia de vida en la Tierra.
• Es cuando no hay juicios, críticas, deseos porque todo es perfecto, pero de verdad es perfecto.
• Es un estado que no viene del mental, ya que no existe, solo existe la mente creadora, solo existe el Tao.
• Es cuando sientes que tu cuerpo no es un límite para tu expansión ni crecimiento interno porque tú eres mucho más que él.
• Es cuando te das cuenta de que, de verdad, eres infinito y que estás conectado a todo lo existente y a toda la energía del Tao.
• Es cuando ves, internamente, que eres el universo, que estás en él y él en ti.
• Es cuando sientes la expansión de tu energía, sin límites de tu ser.
• Es cuando eres el Tao, cuando eres todo y nada.
• Es cuando eres la Creación. El Tao.
A veces, pensamos que no estamos conectados a nuestro ser interno, al universo, a la Madre Tierra, al Tao pero: ¡Ya nacemos conectados! Nos cuesta creerlo y, además, se nos olvida crear nuestros espacios conscientes para escucharnos y escuchar, sentir y sentirnos, pasar tiempo a solas, vivir la soledad para el silencio. Mientras no nos concedamos nuestros espacios conscientes, será difícil saber lo que nos pasa de verdad, lo que le pasa a nuestro entorno más querido y cercano y, por supuesto, tampoco podremos sentir a la Madre Tierra y al Tao.
Así es como nos sentimos desconectados de nuestro cuerpo, de la vida, de todos y todo y así pasamos la vida persiguiendo nuestro mayor objetivo: estar, sentirse bien y ser felices o conformados con una vida apática, triste, aburrida y sin alicientes. El libre albedrío te permite elegir cómo quieres disfrutar de tu experiencia de vida. Dedica un tiempo diario a tu espacio consciente y ya nos contarás qué sucede…